¿Está el ahorro eléctrico reñido con la comodidad?
- Publicado por Foro para la Electrificación
- El 15 noviembre, 2022
Desde enero de 2022 hemos visto una evolución al alza en el precio de la electricidad, que ha alcanzado el máximo histórico de 544,98 €/MWh, según datos de EPdata. Tal subida de los costes nos ha llevado a plantearnos si podemos reducir drásticamente el consumo sin que afecte a nuestro nivel de comodidad.
La respuesta es que resultará difícil porque todas nuestras actividades están vinculadas a la electricidad: la luz, los electrodomésticos, internet, el teléfono móvil, la calefacción, el aire acondicionado, etc. Y así es complicado dibujar la línea que separa el gasto necesario del derroche.
Ajustar la potencia para disminuir el consumo
A nivel individual, el problema radica más en lo que nuestro contrato con la compañía eléctrica nos permita hacer. En España, existe el llamado término de potencia o potencia contratada, que es el precio que el consumidor paga por la cantidad de kilovatios de los que puede disponer para alimentar los equipos que prevé tener conectados al mismo tiempo en su vivienda.
Los contratos más comunes incluyen un límite de 3,3, 4,5 o 5,5 kW, aunque pueden ser configurados por el cliente hasta 10 kW. Este concepto es clave porque es el que afecta al grado de confort que nos permitiría despreocuparnos y tener muchos equipos conectados a la vez. Y ahí podríamos estar derrochando.
Dependiendo de cada compañía, el término de potencia repercute económicamente en la factura de la luz mediante un coste fijo diario que oscila entre 0,1166 y 0,1328 €/kW por día, lo que en un mes de facturación supondría un coste (por ejemplo, para el caso de 5,5 kW) de 22,64 €. A este hay que sumarle el coste de los peajes, que rondarían los 14 € en el ejemplo (también dependen del término fijo). Y finalmente tendríamos que aplicar el IVA.