Para comprender cómo funciona un coche eléctrico, es imprescindible conocer todos los componentes que tienen y así lograr comprender más al respecto. Los coches eléctricos destacan por tener un funcionamiento que es simple y eficiente, especialmente por el reducido número de elementos que lo componen.
Además, estos tienen la ausencia de rozamiento entre las piezas en movimiento, por lo que el ruido se reduce significativamente. Además, su motor tiene un gran rendimiento que puede llegar hasta el 90%, frente al 40% en los mejores motores de combustión interna.
Elementos que componen un coche eléctrico
Para comprender el funcionamiento de un coche eléctrico, es imprescindible conocer los componentes principales del mismo. Los componentes básicos son:
- Uno o varios motores eléctricos: los cuales pueden ir en el eje o directamente en las ruedas.
- Batería de alta tensión: normalmente son de litio, aunque también podremos encontrar de litio-ferrostato o batería LFP. Esto es un punto negativo a la hora de hablar del coste del cambio de la batería.
- Inversor: se encarga de la transformación de la corriente en el coche.
- Puerto de carga: es donde se conectará el cable para recargar la batería del coche.
- Cargador de a bordo: este es un cable que lleva integrado el vehículo para recargarlo.
- Batería auxiliar de 12V: Al igual que en los vehículos de combustión, esta batería será la encargada de alimentar eléctricamente los accesorios del vehículo.
- Conversor eléctrico: este va asociado a la batería auxiliar, para convertir la tensión de 400V a 12V para recargar la batería de 12 V con la energía de la de alta tensión.
- Unidad de control electrónico o ECU: es el sistema encargado de gestionar el correcto funcionamiento del coche y de todos sus componentes.
Estos son los elementos básicos que componen un coche eléctrico, y todos son indispensables para un correcto funcionamiento del mismo.
¿Cómo es el funcionamiento de un coche eléctrico?
En un coche eléctrico el elemento más importante es la batería, porque en ella se almacenará la energía para mover el coche. Esta será el equivalente al depósito de combustible, y la energía se almacenará en la misma cuando recargamos el coche haciendo uso del puerto de carga.
La energía eléctrica para estos coches puede provenir de cualquier fuente y dependiendo de su origen dependerá el funcionamiento del vehículo. Para que la energía eléctrica pueda adaptarse para ser almacenada en la batería de alta tensión esta tiene que pasar por el inversor.
La batería únicamente pude almacenar corriente continua, y la tensión normalmente es de 400V. Si tenemos en cuenta que la corriente alterna tiene una tensión de 230V en instalaciones monofásicas, o 400V en instalaciones trifásicas, normalmente habrá que transformarla.
Las tareas del cargador de a bordo y el inversor
Las funciones que hemos mencionado las lleva a cabo el cargador de a bordo, y no se debe confundir con el cargador portátil que te darán cuando compres tu coche. Este cargador permitirá que cargues tu coche eléctrico en una toma de corriente doméstica y te permitirá seleccionar la potencia de carga al mismo tiempo que protege tu vehículo.
Por otra parte, el inversor se encargará de extraer la energía de las baterías y dársela al motor, dependiendo de la posición del pedal del acelerador. También se encarga de transformar la energía de la batería en corriente alterna para alimentar el motor eléctrico.
También es el encargado de recuperar la energía del motor, la que se genera por la frenada regenerativa y de almacenarla en la batería.
Como puedes ver, el funcionamiento de un coche eléctrico es realmente sencillo, y si comprendemos la función de cada parte, será más fácil verlo como un conjunto. Cualquier fallo en alguno de los componentes puede hacer que el coche deje de funcionar.